Costa Rica: Rodrigo Chaves esquiva nuevo intento de destitución por presunto uso indebido del cargo
El presidente costarricense Rodrigo Chaves logró sortear por segunda vez un proceso que podría haber culminado en su destitución, tras el rechazo del Congreso a levantar su inmunidad parlamentaria. Esta decisión evidencia las tensiones institucionales que caracterizan el final de su mandato y plantea interrogantes sobre el equilibrio de poderes en la democracia costarricense.
Insuficiencia de votos para el desafuero
La moción impulsada por el Tribunal Supremo de Elecciones (TSE) obtuvo 35 votos favorables frente a 21 en contra, quedando tres votos por debajo de la mayoría calificada de 38 necesaria para proceder. El TSE había solicitado investigar a Chaves por presuntamente aprovechar su posición de manera "ilegítima" para "favorecer un programa político" de cara a las elecciones de febrero de 2026.
La diputada Alejandra Larios calificó los hechos como "muy graves", acusando al mandatario de utilizar recursos públicos para incidir en el proceso electoral. En contraposición, su colega María Marta Carballo argumentó que retirar la inmunidad por una causa no penal constituiría "un atentado contra la democracia".
Precedente inédito en Costa Rica
Este episodio marca la segunda ocasión en que Chaves enfrenta un proceso de desafuero, situación sin precedentes en la historia política costarricense. En septiembre pasado, el Congreso ya había rechazado quitarle el fuero por un caso de presunta corrupción vinculado a pagos irregulares por servicios de asesoría de imagen.
Según Marvin Carvajal, catedrático de Derecho Constitucional de la Universidad de Costa Rica, una eventual condena por parte de la corte electoral habría podido resultar en la destitución o inhabilitación política del presidente por varios años.
Contexto político y temporal
Los analistas consideraban improbable que la oposición reuniera los votos necesarios en un Congreso altamente fraccionado. Además, con el mandato de Chaves finalizando en mayo, el tiempo disponible resultaría insuficiente para concluir cualquier proceso judicial.
El influyente congresista republicano estadounidense Mario Díaz-Balart, aliado de Donald Trump, intervino en el debate afirmando que "remover a un presidente a pocos meses de las elecciones" pondría "en riesgo la legitimidad democrática".
Tensiones institucionales persistentes
La discusión parlamentaria refleja el choque de poderes que se ha intensificado ante las próximas elecciones generales del 1 de febrero, donde la derecha busca mantener el poder con la candidatura de la exministra Laura Fernández.
Chaves, quien no puede optar a la reelección inmediata y mantiene vínculos con el presidente salvadoreño Nayib Bukele, se encuentra enfrentado al resto de poderes del Estado. Mientras acusa a estas instituciones de sabotear sus reformas, los dirigentes institucionales le atribuyen tendencias autoritarias.
Pese a estos episodios, el mandatario conserva alta popularidad debido a su discurso de mano dura, aunque su historial incluye sanciones del Banco Mundial por acoso sexual, por las cuales ofreció disculpas tras su elección.