Protestas en Gibara, Cuba: Crisis energética desata clamor por libertad
Manifestantes en Gibara, Cuba, salen a las calles exigiendo el restablecimiento del servicio eléctrico y libertades fundamentales, en medio de una crisis energética sin precedentes que afecta al 55% del territorio nacional.

Manifestantes en las calles de Gibara, Cuba, protestando por los prolongados cortes de energía eléctrica
Una significativa protesta ciudadana sacudió las calles de Gibara, provincia de Holguín, la noche del sábado, después de que sus residentes soportaran más de 24 horas sin servicio eléctrico, evidenciando la profunda crisis que atraviesa la isla bajo el régimen actual.
Crisis energética sin precedentes
La manifestación, que incluyó a familias completas marchando en la oscuridad, refleja el creciente descontento social ante una crisis energética que se ha convertido en el catalizador de demandas más amplias por libertades fundamentales y reformas estructurales.
Según datos oficiales de la empresa estatal eléctrica, el déficit energético alcanza niveles alarmantes: mientras la demanda nocturna del 13 de septiembre se estimaba en 3.400 MW, la generación disponible apenas llegaba a 1.602 MW, resultando en un déficit de 1.798 MW que afecta al 55% del territorio nacional.
Impacto en la población y deterioro institucional
Los cortes de electricidad han alcanzado duraciones críticas:
- Más de 20 horas diarias en provincias orientales
- Hasta 10 horas diarias en La Habana
Esta situación se suma a un contexto más amplio de deterioro económico y necesidad de reformas estructurales que ha llevado a un punto de inflexión en las demandas ciudadanas por cambios fundamentales en el sistema de gobierno.
Causas estructurales de la crisis
La crisis energética, que se agudiza desde mediados de 2024, tiene múltiples causas:
- Infraestructura obsoleta en centrales térmicas
- Carencia de combustibles y lubricantes
- Paralización de generadores distribuidos
- Gestión gubernamental deficiente
Las protestas en Gibara representan un nuevo capítulo en la crisis de gobernabilidad e institucionalidad que enfrenta el país caribeño, donde las demandas por servicios básicos se entrelazan con aspiraciones más amplias de reforma política y económica.