Fraude millonario en combustibles: PCC infiltra sector financiero
Una investigación revela cómo el PCC brasileño operó un esquema millonario de fraude en combustibles, infiltrándose en el sector financiero y estableciendo una red sofisticada de lavado de dinero.

Sede financiera en la Avenida Faria Lima, São Paulo, centro de operaciones del esquema fraudulento de combustibles
Una investigación de la Policía Federal brasileña ha revelado un esquema sofisticado de fraude en combustibles operado por el PCC (Primer Comando de la Capital), que se extendía desde puertos hasta el corazón financiero de São Paulo.
Estructura del fraude millonario
La organización criminal desarrolló un esquema de siete etapas que movió miles de millones de dólares, infiltrándose en sectores clave de la economía formal. El proceso comenzaba con la importación ilegal de productos químicos como metanol y nafta a través del Puerto de Paranaguá.
De la producción a la distribución
La red criminal adquirió cinco plantas de etanol en São Paulo, utilizándolas tanto para la producción de combustible adulterado como para el lavado de dinero. Estas operaciones se conectaban con distribuidoras propias, como Duvale, que experimentó un crecimiento extraordinario, alcanzando ventas de R$ 2,8 mil millones en 2021.
Infiltración en el sector financiero
Similar a otras operaciones financieras sofisticadas, el grupo estableció fintechs y fondos de inversión en la Avenida Faria Lima. La BK Instituição de Pagamento movió R$ 46 mil millones en cinco años, mientras que 42 fondos de inversión controlados por la organización acumularon R$ 30 mil millones, ahora bloqueados por la justicia.
Riesgos y pérdidas
Este caso demuestra cómo las actividades criminales pueden infiltrarse en el sector financiero formal, causando pérdidas millonarias y amenazando la integridad del mercado. La adulteración de combustibles alcanzaba niveles peligrosos, con hasta 50% de metanol en gasolina y 90% en etanol.
Medidas preventivas y consecuencias
Las autoridades han bloqueado activos significativos y desmantelado gran parte de la operación. Sin embargo, el caso revela vulnerabilidades importantes en los sistemas de control financiero y la necesidad de mayor vigilancia en el sector energético.