Disputa territorial: Perú rechaza reclamo colombiano sobre Isla Santa Rosa
El gobierno peruano reafirma su soberanía sobre la Isla Santa Rosa tras cuestionamientos del presidente colombiano Gustavo Petro, respaldándose en tratados históricos y presencia institucional continua.

Vista aérea de la Isla Santa Rosa en el río Amazonas, territorio en disputa entre Perú y Colombia
El gobernador de la región peruana de Loreto, René Chávez, rechazó categóricamente las declaraciones del presidente colombiano Gustavo Petro sobre la soberanía de la Isla Santa Rosa, un territorio situado en el río Amazonas frente a la ciudad colombiana de Leticia, en un episodio que refleja las tensiones institucionales en la región.
Fundamentos históricos y legales
Según las autoridades peruanas, la isla Santa Rosa ha estado bajo administración peruana desde antes de 1932, cuando formaba parte de la isla Chinería. El territorio está respaldado por tratados internacionales vigentes, incluyendo el Protocolo de Río de Janeiro de 1934, que define los límites fronterizos entre ambas naciones.
"Toda la vida Santa Rosa ha sido habitada por loretanos y peruanos, jamás hemos invadido territorio colombiano", afirmó el gobernador Chávez en declaraciones a TV Perú.
Desarrollo institucional y cooperación regional
La región ha sido testigo de importantes desarrollos culturales e institucionales que han fortalecido la presencia peruana en el territorio. En 2023, el Congreso peruano aprobó una ley que establece formalmente el Distrito de Santa Rosa, consolidando su estatus administrativo.
Reacción diplomática y perspectivas
El gobierno peruano ha expresado su "más firme y enérgica" protesta ante las declaraciones del presidente Petro, recordando que la soberanía sobre Santa Rosa está respaldada por el Tratado de Límites y Libre Navegación Fluvial de 1922. Este episodio destaca la importancia de mantener marcos institucionales sólidos en las relaciones internacionales.
Cooperación transfronteriza
A pesar de la controversia, las autoridades regionales mantienen reuniones bianuales con sus contrapartes de Colombia y Brasil para coordinar esfuerzos en educación, salud y lucha contra actividades ilícitas, demostrando un compromiso con la cooperación regional constructiva.